A lo largo de 2022, el metaverso ha acaparado muchas miradas y comentarios sobre los beneficios y el aporte de valor de esta nueva realidad. La gran mayoría de la población siente curiosidad por descubrir este mundo. Pero antes de imaginarnos hasta dónde puede llegar este universo, es necesario saber de dónde viene y cuál es la situación actual.
Aunque podríamos pensar que el origen del metaverso tiene lugar en Meta, las primeras referencias las encontramos en la novela ‘Snow Crash’ (1992) de Neal Stephenson, que describen por primera vez un mundo virtual, así como las representaciones de sus habitantes, los avatares. Con el desarrollo de internet, esto se hizo realidad en la web 2.0 y permitió la interacción dentro de los espacios virtuales de videojuegos o entornos como second life.
Así, el metaverso, no es una novedad, sino la evolución de las herramientas que ya veníamos utilizando, en la que la madurez de la tecnología permite llevar la interacción virtual colaborativa a otro nivel. Del mismo modo, el uso del 3D , dispositivos immersivos e interfaces de voz ya es algo común en nuestra sociedad. El fenómeno se ve aun mas resforzado después de una crisis sanitaria que nos llevó al mundo digital como herramienta de interaccion social.
Vemos como esta promesa va mas allá cuando integramos mecanismos sociales decentralizados soportados por la web3: identidad soberana, crypto-economia, propiedades con NFTs y gobierno descentralizado, entre otros. Todos pueden ser soportados por blockchain (hasta la ‘lex cryptographia’ para ejecución de normas o leyes). No se trata solo de un mundo virtual, sino también tambien de construir nuevas sociedades parelelas.
La conjunción de una cultura digital madura, de las capacidades tecnologicas actuales y el empuje de los fabricantes de software, hardware o creadores de contenido crean un momentum interesante (y un mercado prometedor) que ha puesto el foco en este tipo de experiencias.
El metaverso y la industria
Si preguntas alrededor sobre el metaverso, es probable que la respuesta esté relacionada con los videojuegos. Pero esos entornos públicos que incluyen grandes plataformas (Fortnite, Roblox o Decentrand) son solo un ejemplo de los diversos tipos que hay.
También están los mundos virtuales colaborativos, una evolución del digital workplace, donde se crean eventos y se dan charlas o cursos. Otros están mas centrados en procesos industriales, donde buscamos mayor eficiencia en todo el ciclo de vida de un producto. También están los que tienden a ser identicos al mundo real y permiten conectar el usuario a una dimensión paralela del dato. La información se colecta o se simula en estos mundos y vuelve al usuario de manera contextualizada, en funcion de su necesidad y de su entorno. Una especie de sobrecapa sobre el mundo real que proporciona al usuario una percepción mejorada del contexto en cual se encuentra y le facilita la toma de decision. Actualemente estos metaversos son estancos pero la promesa actual es que todos se vayan fusionando.
En este contexto, vemos un interés especial en los metaversos industriales como una evolución sinificativa del digital twin. Estos nos permiten anticiparnos a las distintas fases del ciclo de vida de un producto desde el diseño, hasta el reciclaje. Nos permiten una mayor colaboración en las fases de ingeniería, integrando los proveedores de componentes, como los clientes en sesiones de diseño sin limites geográficos.
De la misma manera el departamento de ingeniería puede compartir su diseño con otros departamento para integrar cuanto antes modificaciones que facilitan la fabricación o el mantenimiento. Esta colaboración no contribuye solamente a la creación de productos mas eficientes, sino que aplica también a la configuración de la factoria y de su puestos de trabajo para encontrar una organización optima en todo el proceso.
Las ganancias son múltiples y se miden en reduccion del time to market, ahorro energetico, menor desecho material, mejores condiciones de trabajo y mayor seguridad.
En resumen, el metaverso aporta una variedad importante de oportunidades. Sin embargo, como toda nueva tecnología, necesita aún de un periodo de perfeccionamiento en el que afrontará diferentes retos y superará ciertas dificultades para alcanzar las expectativas puestas en el.
La interoperabilidad es el mayor reto. Mientras que los metaversos centralizados son creados por organizaciones con unas normas y funcionamiento específicos, los descentralizados son controlados por los usuarios. Actualmente, estos dos tipos no presentan una conexión que unifique la experiencia, por lo que es necesario encontrar ese punto en común.
Reto del metaverso, la legislación
La libertad de creación de contenido y de actuación que proporciona este escenario nos lleva a un segundo reto, la legislación. El metaverso nos permite crear todo tipo de activos digitales que, en ocasiones, también tienen su relación con el mundo real. Para proteger estos activos, la ley de propiedad intelectual puede actuar como resguardo, sin embargo, ha de adaptarse a la situación actual, dando cobertura también a este entorno virtual y su infinidad de posibilidades.
Por último, necesitamos hacer un ejercicio de responsabilidad en los distintos pasos que damos hacia el metaverso. Este mundo virtual puede ser una herramienta fantástica para mejor y preservar el mundo real pero conviene poner sistematicamente en la balanza riesgo y beneficio para la sociedad y el planeta. Nos queda ser valientes y no dejarnos llevar por las modas a la hora de preguntarnos en cada oportunidad si necesitamos realmente otro mundo.