‘Soft skills’ para conseguir un desarrollo profesional

por Marga Maldonado - Head of Talent
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El mundo del talento es un mundo cambiante e ilusionante para las personas que tenemos la suerte de ejercer de profesionales de esta área. Pero la novedad es que, ya en 2020, todos y todas somos talento: aportamos, enseñamos, aprendemos constantemente, gestionamos de forma horizontal o vertical a otras personas… cada vez más, las habilidades soft vinculadas a las personas toman un papel importante en el mundo de los proyectos y los servicios tecnológicos. Por lo que esta área se está permeabilizando cada vez más en las compañías y su alcance es casi infinito, aunque es verdad, que se precisa de la existencia de un nexo central profesional del área que planifique las acciones y políticas bajo las que se gestionan los equipos.

 

¿Qué habilidades debemos trabajar?

Por este motivo, muchas veces nos preguntamos sobre qué habilidades debemos trabajar y mejorar como complemento a nuestro desarrollo o cuáles debo recomendar que potencien aquellos/as “colegas” que estén en un cambio profesional o se incorporen al mercado laboral de la tecnología por primera vez. ¿Cuáles son? No olvidemos que el conocimiento técnico es fundamental y una buena fase formativa nos facilita los conocimientos técnicos y metodológicos para poder demostrar solvencia profesional, pero, cada vez más, la actitud toma un papel fundamental y nos obliga a trabajar nuestro perfil profesional más allá de la preparación formativa realizada. Además, para desarrollarnos profesionalmente incluso pueden primar ciertas habilidades frente a la propia experiencia y, algunas de las más necesarias, son:

  • la capacidad resolutiva: es esa capacidad que nos permite encontrar siempre un camino sencillo y rápido para solucionar las cosas. Encontrar las palancas necesarias y descubrir atajos dónde otros, quizás, no los vean. En los proyectos tecnológicos, pueden existir problemas complejos que nos hagan movilizar nuestras neuronas hacia una resolución compleja.
  • la versatilidad: hace referencia a nuestra capacidad para adaptarnos a distintas funciones o tareas, y responder a los desafíos que se nos planteen en múltiples contextos. El cambio es una constante en nuestro sector y, aunque es una cualidad que solemos llevar de forma intrínseca los que nos encontramos en él, es importante encontrarnos en el umbral más alto porque la velocidad a la que se suceden los cambios tiene una tendencia creciente que no debe abrumarnos ni paralizar nuestro desarrollo.
  • la curiosidad suele constituir una conducta natural, cuyo origen reside en nuestro origen animal. Aun así, esa habilidad de buscar información, para saciar nuestro interés por conocer datos y confirmar hipótesis, sigue siendo moldeable y podemos trabajarla para conseguir mejorar nuestros conocimientos y resultados, e impactar directamente en nuestro crecimiento profesional.
  • en cuanto a la inteligencia social, es la capacidad que tenemos de entender, tratar y llevarnos bien con los demás. Engloba nuestra capacidad de establecer relaciones sanas y coherentes y se detecta a través de la empatía y el liderazgo, principalmente. Es una herramienta imprescindible para gestionar personas, interactuar con los clientes y, básicamente, ser parte de un equipo. 

Para crecer profesionalmente y estar más abiertos al mundo, los idiomas son una herramienta fundamental de interacción. Nos permite el acceso a mayor volumen de información e interaccionar con otras personas. Además, el aprendizaje de idiomas, también, nos ayuda a modelarnos en las soft skills que hemos mencionado. 

Hay que recordar que éstas habilidades no solo es interesante manifestarlas en el entorno profesional y una vía para resolver una mejora puede ser a través de actividades complementarias o hobbies, que nos hagan disfrutar a la vez que crecemos.

Para poder desarrollar éstas u otras habilidades, lo primero que necesitamos tener en cuenta es conocer nuestro estado de madurez frente a cada una de ellas. Es muy complicado tener una visión totalmente realista en primera persona, por lo que puede ser interesante pedir ayuda a un/a compañero/a que nos dé un feed back sincero sobre su percepción al respecto, e incluso que lo contrastemos con otras personas y con la nuestra. Tu mentor, si ya estás en contacto con él, puede ayudarte en este sentido ya que por su experiencia es muy posible que tenga habilidad en la detección de estas habilidades. A partir de la toma de consciencia, es más sencillo construir una hoja de ruta para potenciar todas estas actitudes frente al trabajo y comenzar un camino, sin límites, hacia nuestro desarrollo. En conclusión, depende de nosotros, de identificarlo y trabajarlo. Conocer para crecer.

 

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